De vez en cuando,
te escribo,
le escribo a esta distancia que nos envuelve,
a tu ausencia,
a la agresividad de tu mirada,
a tu perpetua lejanía,
a tus álgidos silencios le escribo,
y poco a poco,
y sin percatarlo,
te recuerdo más fresca,
más dulce,
más tierna,
reapareces completa en mi vida,
(mi terca memoria te inventa)
y sin advertirlo,
de pronto te esfumas,
te pierdo entre parpadeos,
huyes,
se pierde tu silueta bajo las farolas y,
con voz de canto,
te despides...