Aquí desde la orilla,
de sal y arena,
de una costa perdida,
he encontrado la paz.
Aquí la gaviota,
la ola y su textura,
burbujas del océano,
que explotan en mis dedos.
No en vano el mar…
Aquí,
en la marina noche,
debajo de la cúpula de estrellas,
me descubro feliz,
integrada a la luna.
No en vano el mar…
Este cálido soplo,
de la brisa y la risa,
esta espuma que canta.
Este perfume a sal.
No en vano el mar…
que se mece,
que danza,
que gime y se remueve,
y siempre permanece en vaivén sin final...