jorge enrique mantilla

Amigos de verdad

Amigos de verdad

 

Hay amigos, que duran toda la vida

Unos de piel de cocodrilo, fuertes y de vestimenta aguerrida

Otros de piel de cordero, amables de ayudas compartidas

Amigos de coraza de hierro, de solidez comprendida

 

 Amigos, que arrastran por siempre la fidelidad y la atesoran como escudo

Amigos, que saben sortear tempestades y son testarudos

De soledades, que se adaptan y son valientes y corajudos

Amigos, que se llevan en el espíritu y son de mente concienzudos

 

Amigos de familia y de sangre, por siempre anhelados y esperados

Amigos del deporte y de barriadas, de anécdotas recordados

De tomatas y de fiestas, de jolgorios de amanecidas y saludos empezados

Amigos del pueblo, de veredas, de gritos alegres escuchados

 

Aquellos presurosos en las malas, en las negras y morenas

Amigos, que frecuentan conversaciones agradables y buenas

De esos, que están ahí prestos con el antídoto, que otros envenenan

Amigos de saludos y abrazos, de soledades de cuarentenas

 

Amigos, que siempre llegan y otros que por siempre están

Otros, que se alejan y regresan y otros que nunca volverán

Amigos, que se nos han ido a la eternidad y en las noches con seguridad nos aconsejarán

Otros, que se esconden en la oscuridad y sin linterna nos encontrarán

Otros desde la distancia, que se quieren y se extrañan, por nosotros siempre preguntarán

 

Hay amigos de rumbas y agasajos, de reuniones y fiestas

De parrandas, de tragos, de abrazos y saludos, que a nadie molestan

Amigos fieles de pensamiento y de actitudes honestas

De esos, que se llevan en el alma y a la maldad contrarrestan

 

Hay amigos músicos, declamadores de versos, escritores y poetas

Otros, que la inteligencia con prontitud, nuestros llamados interpretan

Amigos viejos y nuevos, recientes de oídos y voces secretas

Amigos de ayer, de antier y de toda la vida, que siempre respetas

Amigos, que nunca dicen que no, y te prestan el uniforme y la camiseta

Amigos incondicionales, que ni las tinieblas y las tormentas inquietan

 

Amigos, que valen más que el oro y el dinero que la mente imagina

Transparentes como riachuelo, de sus aguas puras cristalinas

Amigos como los míos, que guían y guardan mi sombra y mi camino

Amigos de la vida, amigos de verdad, de andares de posadas de peregrino

Amigos, que nunca nos dan la espalda, ni son miserables ni mezquinos

Alegran la amistad, llenando la estancia, las alegrías de mi destino

Amigos de risas y carcajadas, de oasis, que calman la sed en remolino

Amigos, que nunca se les nota un ápice de melancolía, ni de tristeza

Que siempre irradian sonrisas, de júbilos, de energías y fortalezas

Amigos únicos e indisolubles, indispensables, de Dios, toda su grandeza

Amigos como los míos, que siempre os llevaré y serán por siempre, mi única riqueza

Amigos, que se llevan en el alma y en el corazón con toda nobleza

Amigos de esos, que su presencia se nota en toda la naturaleza

Amigos por siempre, sin manchas, claros en sus ideas y purezas

Amigos, que Dios los puso en nuestro camino, para engrandecer nuestras proezas

 

Amigos sin intereses, sin apegos, ni secretos por esconder

Con ellos siempre seré el mismo, el de hoy y el de ayer

Mis poesías las arrastra el viento y los amigos las recogerán, sin duda al amanecer

Me llevaré de mis amigos, los aplausos en los albores del atardecer

Le reclamarán a mi tumba y su amistad, tardará en desaparecer

A mis amigos les dejaré mi pensamiento, cuando oscurezca y empiece el anochecer

Amigos por siempre amigos, fáciles de comprender y de entender

Amigos, que se alejan de abrazos y saludos, el brindis de reconocer

Amigos del alma y del espíritu, por siempre han de permanecer

Amigos de esos, que van por la vida, de Dios por siempre, en mi corazón agradecer

 

“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga agosto 01-2020