He buscado en la fosa de tus ojos
intentando encontrar un sentimiento,
me sumergí en un bosque de pasiones
y anhelé percibir un triste afecto.
He perseguido el rastro de tu aroma
e inhalado el perfume de tu pelo,
suplicando tener un beso exiguo
me arrojé al fondo del abismo inmenso.
He bebido del néctar de tu boca,
surcado los meandros de tu cuerpo,
he explorado al milímetro tu piel
y escalado los cerros de tu pecho.
Me asomé a la oscura sima de tu alma,
hasta quise entrar en tu pensamiento,
y en la locura eterna por tenerte
penetré en ese infierno que es tu sexo.
No descubrí ni amor ni semejanza,
les inquirí a las hadas y a los elfos
por saber si en el fondo de tu espíritu
yacía un afán o interés sincero.
Al instante me hurtaron la esperanza,
no había atisbo de fervor postrero.
Fijé al punto en tu rostro mi mirada
y solo vi la imagen de un espectro.