Sumida en una bruma lujuriosa
mezclada entre vapores te insinúas
mostrándome, sensual y misteriosa,
paisajes que, a mi vello, tornan púas.
Me ofreces tu mirada apetitosa
y eterna, en mi razón, te perpetúas
tendiendo con tu pócima sabrosa
hechizos que, carnales, acentúas.
En suma embriagadora eres ardiente
nublando con tu vaho unos sentidos
ansiosos por cubrirse con tu manto.
Relames a tus labios complaciente
y expones con susurros atrevidos
que goce las entrañas de tu encanto.