eledendo

Ya somos otros

 

 

 

... está yéndose el verano;

hay como un desvanecimiento, una sensación como de aire roto y brillos fríos,

como si de acá para allá convocasen las cosas a un rictus de acendrada y expectante tristeza;

 

.... y, sin embargo, todo está lleno y reposa,

o cruza cansinamente como buey que albergara los esfuerzos del mundo para volver a casa;

 

... ya, ya somos otros;

ya vibró en la sangre la alondra al mediodía

y ya, la enredadera, con sus hojas de estaño,

nos agrieta la sombra y toca el hombro;

 

… y el corazón lo sabe y tiembla,

por lo que, inconscientemente, va recogiendo sin orden sus pequeños enseres:

las fuentes, las profundas sequías,

la hiel,

la voz,

la pasión total,

la muerte;

 

... bandadas de gorriones pasan.

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Antonio Justel

http://www.oriondepanthoseas

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