Esas mareas grises de los días lejanos
de las noches peregrinas,
de los llantos que cautivos
perecen en las aguas de un río
templando en su cauce las caricias
que sin querer retozan marchitas...
Aquéllas luciérnagas que con sus tiernas
luces se asomaban tímidas ruborizando emociones
desnudando la piel... lavando cicatrices...
Curando tiempos
robándoles a los ojos vencidos vivencias
de una vida de la que ya ...no queda nada...
A esas mareas que mecen los sentimientos
y alteran el orden mágico de las ideas...
Esas huellas que perezosas
se fueron borrando entre miles de lienzos rotos
y magullados en el pasar de las horas...
Esos instantes vividos
en el dolor y desamor
en la locura, en la pasión.
Esos días clavados como espinas
que embriagan
y turban los sentidos...
De los que se escapa con las lágrimas
devorando las mejillas,
aquéllos momentos que aprisionan el alma
y aquéllos recuerdos que tocan
y devuelven a los labios... una sonrisa.
Esas densas mareas que vienen y van
desdoblando los pliegues de la mirada
centrifugando palabras al olvido
frases al silencio.
Sembrando en el cuerpo
batallas perdidas
recuperando alientos cansados.
Esas nieblas que rodean al cuerpo
levantando murallas de otros tiempos.
Esas mareas que se estancan
en lo más profundo del ser, atando los pies...
Aniquilando caminos soñados
rompiendo esquemas al corazón.
Esas mareas que vienen y van
que no me permiten decirles
que no me oyen cuando les digo
que ya no soy... no soy yo... que ya nada queda...
Que ya nada espero...
Todos los derechos reservados Mo Anam Cara