La velocidad de tu amor
Llevas una prisa enorme, que recorre tu vida
Vas a una velocidad de crucero desconocida
Me dejas estancado, de sus enaguas desaparecidas
No existe sosiego, te veo y te siento desconocida
Voy buscando el atardecer y tú ya vienes de amanecida
El pabilo se apaga y aún tu llama continúa encendida
Mis risas se las llevó el viento y tus carcajadas son estremecidas
Mis emociones te impacientan y ya no son como las tuyas divertidas
Pareces un vendaval, que arrecias y acaba destruida
Llevas una premura, que tú misma te sientes sorprendida
Vas en una travesía sin darse cuenta, lo bello de la naturaleza
Apuras el paso, como si no te alcanzara la trinchera de tu fortaleza
Mi sosiego no te da tregua, para compartir un ron y una cerveza
Es tanto el afán que llevas, que no hay espacio para la felicidad, ni la tristeza
Vas tan de urgencia, que no alcanzo a contemplar, tu figura y tu belleza
La parsimonia no existe, proclamando mi torpeza, con tu nobleza
Vas tan rápida por la vida, que no existe sosiego, sino aceleración
La moderación de mis latidos, contribuyen al agite de tu corazón
Mi sobriedad no tiene cabida en la velocidad de tu imaginación
La celeridad lleva vientos huracanados, que no dejan oír la conversación
Mi calma es tu gran problema, que te lleva al caos y a tu preocupación
No existe paz, ni tranquilidad, sino recelos y desesperación
La velocidad, que llevan tus caminos polvorientos, es de aventura
No te dejas palpar y apreciar de cerca tu bella hermosura
Llevas un viaje de travesía, sin dejar ver la debilidad de tu armadura
Las tardanzas dejan subir las temperaturas, llenándose de pánicos y amarguras
Tu impaciencia no deja que te contemple, la desnudez de tu dulzura
Como si hubiera echado candado, a tu bella cerradura
“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga agosto 17-2020