No puede ser el hambre.
No me entra en el cuerpo.
No tiene explicaciones,
ni excusas,
ni asideros.
Ni subterfugios tontos
de ricos mentideros
donde gozan gusanos su pavo al condimento.
No me vengan con ciencia
ni a promedios recurran
no se envuelvan la boca con las citas mas bellas de un librito
al que nunca le pasaron la lengua.
No puede ser el hambre.
No me cabe en los ojos.
acaso no se mueran los profetas del odio?
los que siembran tristezas?
los que riegan con sangre?.
O le han puesto bolsillos y cajero automático
a los caros cajones de los mil millonarios que gobiernan el mundo?.
No puede ser el hambre.
Me desborda la boca.
Me revuelve las tripas
y me saca de quicio.
Y me revela el rictus o esa triste sonrisa
de la vida tan dura;
de un señor que me mira cuando abro mi puerta.
Que me pide perdones al levantar la tapa
del contenedor; y al hambre, satisface en basura.