David Arthur

Ecos

 

 

Perdido en sus propios pensamientos

se aventuró a salir en la alborada sombría,

en su búsqueda para la luz del razonamiento.

la niebla húmeda se aferró a su rostro

cual una mano friá de compunción

 

El ritmo de sus pasos se aflojaron,

sus miembros con dolores una carga,

pero aún así con una determinación estóica,

no hizo caso a sus malas inoportunas,

un rasgo de toda su vida

 

Paseaba su mente por los caminos del pasado,

sobre el umbral de su memoria,

cosas olvidadas en la bóveda del tiempo,

ecos de las voces que él amaba

y otras que había querido no recordar

 

Todos los cuentos han sido contados,

enmiendas ya no posible,

falsedades muy de lamentar, pero no todas,

esperó que las verdades se hayan creído,

si no por todos 

 

No habrán sorpresas más,

ningún ápendice para explicar,

ningún fin feliz para celebrar,

solo una aceptación conformada

©®

Cuadro de propio pincel