Vibraron con el viento, los versos del poeta,
que fuera vivo ejemplo, de honor y dignidad,
y cuya excelsa lumbre, le diera claridad
al pueblo que buscaba, de luz, ansiada meta.
Su pluma soñadora, lo mismo que saeta,
surcó la hermosa España buscando libertad,
y fueron sus poemas, un himno de equidad,
cantado con el alma, de noble y gran profeta.
Igual que el río Tajo, sus versos van fluyendo
las aguas de justicia, que un día llegará,
y suena en Albacete, su grito, que rugiendo,
recuerda eternamente que siempre brillará,
el aura de su gloria, que sigue reluciendo
con nimbo muy radiante, que nadie apagará.
Autor: Aníbal Rodriguez.