Ahora soy feliz nada me afecta,
he sido salvado de una recolecta,
ese virus mortal casi me inyecta,
encontré aquella persona cuasi perfecta.
Ese amor caprichoso fue efímero,
tu infidelidad fue un gas mortífero,
parecía viviendo en un acuífero,
no volveré a inhalar ese somnífero.
En la vida toda flor queda marchita,
por eso mira tu corazón como palpita,
vivirás esclava en una chocita,
no cubras mi dignidad con esa halita.
La alegría suele ser muy pasajera,
abandona con prontitud esa trinchera,
hallarás energía poco duradera,
rodarás sin rumbo por esa ladera.
Jaime Muñoz,26 de mayo de 2019