IDEPRESIÓN
Ingresas sin permiso con tu sorna envolvente
y logras dominar al débil corazón
herido a quema ropa, caído ya en el frente
con lágrimas de sangre, sin fuerzas, en prisión.
Te acercas al acecho e invades de repente
al llanto ensordecido en plena desazón,
y muestras el poder de un cuerpo inexistente
después de conseguir el grado de fusión.
Tu peso insoportable decae con la luz
y a ciegas continúa tratando de clavar
su sombra perturbada, la imagen de una cruz.
Resisto tu insistencia y te ahogo en un mar
de risas animadas, observo a contraluz que sales de mi mente y vuelvo a caminar.