Guardián De Ángeles

El hermoso sosiego de mi alma

En el éter de mis anhelos han arribado las dádivas que garantizan la inmersión de mi ser en inefable calma, y en las llanuras tranquilas, sereno palpita mi corazón, pues ya no se empañan mis pupilas con los líquidos de la melancolía.
Es la paz, en los recorridos de mis pasos, fiel compañera, y cuando las penumbras intentan tocarme, estás tú, que mi camino iluminas, y me conduces a un sueño azul, donde todo es donosura, el efluvio floral es exuberante, y los diminutos seres alados rondan desperdigando ternura y luces sobre el arcoíris de pétalos donde han cifrado mensajes de amor.
Alcancé la liberación del abismo en el cual había sido enclaustrado, y no me turbo más en plena desavenencia, porque sobre las collados veo el promisorio destello de un reino luminoso, es tan clara la noche así como lo es el hermoso sosiego de mi alma.
El vibrante estremecimiento de mi integridad me revivifica, mi corazón trepidante canta con sonoridades inefables un himno para los sentimientos que me inundan, de la armonía con los sueños que en mis ojos fe y amor siembran.
Sé que aún acaecerán más tormentas, sin embargo, no temo sus embates, que la fuerza mía es trascendente, soportaré con entereza las afrentas de las tardes, y esperaré las mañanas para empaparme en su esplendor.
Con tu mano adherida a la mía, emergerán soles con rayos de esperanzas, y en el ímpetu fértil no habrá agonía, reverdecerán las fortalezas de nuestros espíritus probos, para volvernos poco a poco más inmortales.