Aprendí desaprendiendo las costumbres de mi abuela,
olvidando los gritos de mi madre
y escuchando las palabras dialogadas.
Aprendí desaprendiendo la violencia de mi país,
Dejando a un lado la indiferencia
y observando los paisajes de mi tierra.
Aprendí desaprendiendo los rencores del pasado,
dejando ir las comparaciones absurdas,
y cultivando las enseñas de la vida.