En Madrid y en Portugal imaginé
buscarte triste de noche, de improvisto
dando vuelta en alguna calle angosta de mi país.
le diste un guiño al hombre que pasaba por ahí.
Un hombre que sin saber había nacido
en un bar azúl neón amargo
sin embargo te vió por primera vez con short corto
mojado por tus piernas humedecidas.
Si ella quiere él le pide una cerveza,
mírela fijamente, que baile de nuevo
derrámele un poema por su cuello
y si quiere invítela a su departamento.
Por que otra no puede haber,
recuerde eso y por si despiertan juntos
hoy, mañana o pasado mañana
es que ahora el amor ha vencido.