Julio Cortazar

Otra no puede haber.

En Madrid y en Portugal imaginé

buscarte triste de noche, de improvisto

dando vuelta en alguna calle angosta de mi país.

le diste un guiño al hombre que pasaba por ahí.

 

Un hombre que sin saber había nacido

en un bar azúl neón amargo

sin embargo te vió por primera vez con short corto

mojado por tus piernas humedecidas.

 

Si ella quiere él le pide una cerveza,

mírela fijamente, que baile de nuevo

derrámele un poema por su cuello

y si quiere invítela a su departamento.

 

Por que otra no puede haber,

recuerde eso y por si despiertan juntos

hoy, mañana o pasado mañana

es que ahora el amor ha vencido.