Alfredo Saez

-La Mascarilla-

 

Miraba con muy curiosa atención persuasiva
los primiciales
tapabocas  de rara castidad
sin entender la suya razón, primicial y preventiva
en este mundo hospitalario de crucial fraternidad.

A mediados de marzo lo pidió el Presidente
que vencía roja proteína defensa inmunológica
solicitando
“Libertad Responsable”a  nuestra gente
y  ahora llevo, temeroso, mascarilla antivirulógica.

Los límites de mi Libertad son amor por los otros:
mi responsabilidad, respuesta de claustro  me doy
más convincente si los
otros son, en ellos, nosotros;
aunque presiento temor cautelar, no solo en el hoy.

Ya prisioneros domésticos, dudas frecuentes amilanan
si  acaso el virus coronario es  mórbida realidad
vil estratagema por influencers de cruel Pos Verdad.

Ayer miré radiante el sol por la última ventana
Iba veloz
la blanca ambulancia con sirena de alud
y ahora en  sala funeraria, descansa mi ataúd.