El blando cielo que yo veo, distante y sombrío porta en el pecho un abismo de lino desgarrado que conduce al universo.
El blando cielo que yo veo tiene las manos adornadas de caricias,
el viento le llenó la boca de nubes inquietas,
y el regocijo hizo llover su noche y sus estrellas.
El blando cielo que yo veo ha desmoronado su cuerpo en gotas de incienso,
de polvo y desierto,
ha interrumpido el beso de la amante, ha rozado el cuello dorado de la esposa,
ha arrullado los sueños del infante.
El blando cielo que yo veo tiene unos pétalos azules en los labios,
los abraza en la noche cuando duerme,
y en la mañana deja que los besen los sabios.
El blando cielo que yo veo dijo adiós la primavera pasada,
desde entonces no hace el amor con nadie
ni con Dios
pues ya no se acuesta a su lado.
Shalom Ferrin
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