Con la clarida de luna
con la suavidad de seda,
la sonrisa tierna de un niño
en el alma se me queda.
Con esas manita sucias,
de jugar, niño con tierra
acariciame la cara
marchitada por la pena.
¡Ay! mis niños morenitos,
¡ay! mis niños de ojos claros.
jugad conmigo niñitos,
con los ´pitos y los carros.