La risa de tus labios ilumina tu cara
en los blancos días de la alegre primavera,
eres cual bella náyade que en la fuente espera
el purpúreo aroma de la rosa más cara.
Tus verdes ojos son como la esplendente Zara
que brilla cual fulgente sol en la azul esfera,
eres entre las más lindas flores la primera
y entre todas fulges como lucero sin tara.
Tierna y cándida como la blanca azucena,
irradias tu perfume como halo de esplendor
cuyo brillo ciega a todos cuantos te miran.
Afable y primorosa, tu mirada está llena
de amarga dulzura y de pérfido candor
que cautiva el corazón de cuantos te admiran.
Aromas de nostalgia