El sol de la mañana
se muestra refulgente
mientras tu cara emerge
como rosa que se abre
para mi corazón,
soy un afortunado
en ti tengo un tesoro
de incontable valor.
Sentirte siempre cerca
es premio inmerecido
el que con regocijo
con amor se resguarda
como una bendición,
agradezco al Supremo
darme días felices
brillantes como un sol.
Tomarte de las manos
acariciar tus dedos
colmarlos con mis besos,
observando en tu boca
tu hermoso sonreír,
es bendito este instante
que merece un poema
pendiente de escribir.
Escuchar tu palabra
colmada de ternura
es melodiosa fuga,
esparcida en el aire,
como aquel musical
de mensaje profundo
que alimenta el espíritu
con su nota final.