Que brille, que brille lo que tenga que brillar.Yo que caminando por el espiral de la existencia me di cuenta de la agonía de la luz en el mundo, fui a encender mi lámpara, aún cuando la adventisca acechaba a cada uno de mis fósforos.
Yo que nunca me doblegué ante el barro, y que no esperé a que las nubes de plomo renunciaran a su oficio; fui a encender mi lámpara.