Quizá no fuiste el amor de mi vida como estuve pensándolo mucho tiempo, quizá me equivoque.
Pero a tu favor tengo una historia bonita, con un poco de baches y melancolía que he recorrido en prosa y papel... Y si en algún tiempo los años seniles llegan a tocarme en tacto, piel y cuerpo, a mis nietos contaré, que algún día ame tanto, cuantas estrellas conté, pero sin querer dejar de quererlo lo olvide.