Conocí a Betty por una suerte mayúscula.
Perdí a Betty por una estupidez mía.
Ella era blanca, rubia, suave, sensible.
Su belleza era grande y sin límites.
El orgasmo con ella era monumental.
La palabra suave define a Betty siempre.
Nuestro amor era como de los dioses.
Betty era una mujer con mayúscula.
No puedo olvidar a Betty en esta vida.
Betty es lo más grande para mi.