Silencios que arrastran,
e inducen a volar entre arreboles,
alocada como el viento de tormenta,
tan rápido, tan fugaz…
Correr y lanzarme a tus brazos
entre tu cobijo
para aliviar mi sed de caricias
de sospechas y desdichas,
recurrir a lejanías cercanas
para atraparte entre los míos y
no soltarte nunca…
Volar,
volar entre tropiezos
de realidades e impulsos...
Soñar,
soñar que esto no es cierto,
entre pellizcos y verdades…
Encontrar en ti mi canto que
fluye desde adentro, sin sonido…
Conformando versos y
rimas asonantes con
simples coincidencias
en nuestro final…
Con mil renuncias interiores
me quedo cerca viviendo
llantos incompletos,
llenos de sentimientos e
historias fortuitas…
Como cual cometa vuela alto,
quedo aquí tendida
ante ninguna señal divina,
sin cielo, sin credo…
Pero con esperanzas
fundidas en mi alma,
esperando por ti:
mi religión…