Tezla Abastida

Maleficio

 

Había un maleficio en sus palmas, la forma en que actuaba era inconstante, poseía y hacía conmigo despertar una bestia capaz de aniquilar toda humana prudencia a la vez, ella consumía, sorbía y aspiraba a los límites, invocando al infinito a favor de escalofríos por mi espalda, ¿Acaso una ilusión? El juego inocente de perseguirla demente por el mundo, por su piel ardiendo en el frío de la ausencia elevaba el delirio. Yo era el débil payaso que se hacía juguete dispuesto a seguirla quien sabe donde ni como, siempre leal.

 

Tezla Abastida

01/06/2017

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