Este loco soñador
sigue a cuestas con sus sueños,
versa con fantasía sus años
para no llorar en el día,
para que los poemas suyos
que vagan solitarios,
sus versos no opriman.
Este amante sin amada
que ha sufrido hasta el desgarro,
que ha subido al cielo y al infierno
de un santiamén,
vaga solitario y solo
con el frenesí rítmico
de sus sueños y el vaivén.
Este niño huérfano
sin amor platónico,
lleva entre sus cruces
un encerrado grito profano,
un historial épico,
un tatuaje nostálgico
de magnánimos desamores.
Este maniático poeta
que se volvió poeta
por hablarle a la niña,
sigue a cuestas con sus años,
castigando al papel
que luego carboniza
y al segundo, vuelve a la vida.
© El Yarawix