Ausencia que se hace presente,
Y recuerdos que se niegan a morir
En el olvido;
Un lucero gris que se extingue lentamente,
Y un penoso destino que nadie quiere sufrirlo.
Añoranzas por revivir lo que no se puede revivir,
Y una lagrima que titila de los ojos entristecidos.
Saber que ya nunca más contigo estará,
Y su vacio se hace infinito.
Vuelan tristes las avecillas de sus nidos,
Y el fantasma de la desolación atormenta
Sin previo aviso;
Nunca más volverán a ser dos
Los que juntos andaban por un mismo camino.
Los lirios se marchitaron en aquel jardín,
Y el Ángel Hostil del Otoño ha tocado su última diana.
Ausencia que se hace presente,
Y de tristeza es consumida el alma.