Cuando la máscara me ciñe,
me estruja y la obedezco,
desfila la lluvia y me humedezco,
me reblandece la piel cuando me riñe.
Voz que me jala del badajo,
bota lustrosa de santa opresión,
soy un paria sin derecho ni opinión,
lodo por dentro con fueras de majo.
Borde de la cama es asidero de uñas,
lotería de riesgos con premios de algarroba,
gala de sueños con espejos en la alcoba,
separados por la lluvia en diferentes lagunas.