Fuego
lenguas miles y brillantes desprendiendo fumaradas
lenguas enrojecidas y ondulantes
consumen sin piedad el combustible
y el viento que resopla irreverente
las alza, las eleva y las extiende.
Y un crepitar de dagas y cuchillos
escúchase sonoro entre las llamas
cortando con sus filos la estratósfera
y el suelo ennegrecido y ceniciento.
El fuego que se eleva sin reparos
consume con voraz impertinencia
sin frenos, sin estorbos y sin trabas
consume vida y muerte entre sus fauces.
Las lenguas multiplican su avidez
famélicas se vuelcan y se enrollan
en sendos torbellinos de energías
que queman con ardiente alevosía.
No hay nada que detenga la fiereza
de incendios convertidos en infiernos.