Agosto,
tiempo de vientos fríos huracanados,
que soplan ventiscas apuradas
con rumbos inciertos,
de aventuras restringidas.
Tiempo de paseos largos,
de caminatas lentas por senderos deshabitados,
descubriendo paisajes indescriptibles,
de bellezas fantásticas…inverosímiles.
Tiempo de sol canicular brillante,
que calienta los huesos,
que fogoso reanima el espacio,
coloreando los paisajes originales,
con atuendos de entusiasmos radiantes.
Agosto,
tiempo de cometas en el cielo,
de pájaros felices revoloteando sin ansiedades,
y nubes chistosas cándidas...
correteando en el infinito azul del pensamiento.
Tiempo de viajes imprevistos,
con equipajes livianos de sueños espontáneos,
que a veces no van con rumbo cierto,
que a veces no cuentan con boleto de regreso.
Tiempo de noches heladas despejadas,
y estrelladas experiencias soñadas,
de amaneceres pensativos,
de incertidumbres brumosas.
Agosto,
tiempo de reflexiones solitarias,
tiempo de una nostalgia contagiosa,
de meditación obligatoria,
de futuros inciertos,
de alegrías amortiguadas sin motivos,
de lágrimas incontrolables,
de miradas al infinito sin respuestas.
Tiempo de amores frustrados,
Irreales…fantasiosos,
de amores platónicos fantasmagóricos,
de amores ficticios imprecisos,
y de un desamor incuestionable.
Tiempo de soledad abundante,
de tristezas y añoranzas acompañantes.
Tiempo de melancolía ineludible.
Tiempo de cumpleaños trivial…
tiempo al tiempo...agosto triste.