El día y la noche son
cosas que se complementan,
se persiguen con tesón
y las dos nunca se encuentran.
Se justifica la noche
solo porque existe el día
y debiéramos saber
que es, la arena de la vida.
Grano a grano va cayendo
a veces con armonía,
o tormenta en el desierto
que te arrastra en demasía.
Un grano solo es un día
y en este reloj de arena
miramos con mucha pena
como el reloj se vacía.
¡Cuántas veces el quisiera,
a ese reloj de arena
la vuelta poderle dar!
Y así poder enmendar
los errores cometidos
sin pensar que va consigo
equivocarse y errar.
Nunca por buenos motivos
se quiso volver atrás,
que solo somos cautivos
de aquello que hicimos mal.
El reloj de la existencia
siempre se está vaciando,
solo con buena experiencia
lo puedes ir rellenando.
Darle sentido a la vida
y poder mirar sin miedo
como el reloj se vacía
sin tú perder el resuello.
Dicen en la juventud
que hay esperanza de vida.
Compensa en la senectud
si esa vida fue vivida.
Si hiciste las cosas bien
y le sacaste provecho
a los días y a las noches
sin desperdiciar tu tiempo.
El que consigue contar
los granos sin asustarse
nunca piensa en regresar
el siempre mira adelante.
Aunque con la mente clara
y plena seguridad
que con el último grano
se acaba la Eternidad
¡Cuando jóvenes soñamos!
¡Cuando viejos recordamos!
Y siempre serás feliz
si consiguen coincidir
los recuerdos con los sueños
que te guiaron a Tí.