En el abismo del cielo
sigo encontrando vestigios
es la luz del remolino
que enturbia mis sentidos.
Cuando se duerme la montaña
en la madurez del alma
el bienestar es crisálida
y la vendimia aguarda.
Cae la boca sin parar
cae en trance la palabra
¿Quién la va a levantar?
sin manos para cargarla
sin labios para entibiar
sin ojos para mirarla
es una reliquia el amor
cuando la fogata se apaga