A Hellen Blass…
La calle está vacía, amada,
para llenarla de ternura;
la calle es, y el amor, la cura,
amada, de la pasión olvidada.
El cielo está puro, amada,
para el soñar seguro;
y yo al soñar procuro,
amada, hacerte apasionada.
Amada, corazón sujeto
al jardín de mi primavera,
la luz de tu alma sincera
ilumina mi corazón escueto.
¡Oh, el soñar, amada, el cielo,
la vacía calle, la pasión olvidada;
oh, la luz de tu alma es, amada,
razón de mi pasión y de mi anhelo!