Lucy Quaglia

Qué lejos que nos fuimos

Qué lejos que nos fuimos,

No hay nadie alrededor,

El fondo de la casa

Parece furibundo

Con este viento helado,

Furioso, doloroso,

Mostrando desolado

Los pájaros hambrientos

Que van al comedero

Buscando las semillas

Que Alejandro les puso

Varios días atrás,

Antes que el nuevo frío

Envolviera la tarde

En la desolación

De la estepa escaldada

Sin tregua ni perdón.

Los árboles pelados

Vestidos en el negro

Y subrayados en blanco

Parecen resignados,

Destino desgraciado

Que los muestra sin vida

En la dormida invernal.

Qué lejos que nos fuimos,

Dónde están los amigos,

Parientes y vecinos

Que dejamos allá,

Los hijos peregrinos

Ya no viven conmigo,

Se fueron también lejos

Persiguiendo destinos

De quimeras gloriosas

Que hace mal escuchar.

Saludan cada tanto

Si quieren visitar,

Pero no siempre lo hacen,

Están tan ocupados,

La vida los aleja,

Los lleva de la mano

Que encuentran al pasar

Corriendo al pan y al vino,

Al amor, al camino,

Al deber y al azahar.

La nieve nos inunda,

Nos mata, nos aísla,

Nos deja en una isla

Sin paz ni libertad.

Pero también la nieve

A veces nos libera,

Nos ayuda, nos besa,

Me trae los regalos

Que gozo en Navidad,

Nos acuna en la cama

Mostrándonos la fuerza

De un día de verano

Que pronto ha de llegar.

La nieve cubre todo,

La casa, los vecinos,

El campo a la distancia.

El patio y el parral.