He procurado insertarme, inútilmente,
en la intimidad de tus apremios
pareciera que milagros de murallas
se abroquelaran detrás de tus palabras displicentes.
No me amarres, no me sostengas
suéltame en el umbral de mi consciencia
porque no se respirar mas que tu aire indiferente.
Se manifiestan en mi lógica insulsa
los vicios, los temores, el desquicio de lo recurrente.
No me alumbrarán tus insípidas evocaciones
descansaré en el remanso de mi irresoluta sombra.