En la oscura y fria habitacion donde ya hacen mis recuerdos y anhelos que en un pasado consagraron mi ahora endurecida y monotona alma.
La muerte lisa y llana se pasea y juega sincesar donde el embolado de mi musa genero un charco que con el pasar de las primaveras se convirtio en un oceano sin fin de desiluciones.
Y es que a estas edades cuando los viejos somos gente de cuarenta con nuestros ojos ya desgatados por el ver el tiempo volar como cual oja es soplada por el viento y nuestra mente es madurada como el vino en su barril de roble que la vida empieza a darle alcanze a la verdad.
Es ahi donde el sabor a amargura y desilucion del caldo que nos da la muerte en cuchara de plata empieza a tener tonalidades y gusto al caldo que mi vieja preparaba.