QUINSONNAS

Autodestrucción (Soneto)

 

 

 

Cavando, insustancial, mi propia fosa

adrede y sin piedad me autodestruyo

viviendo una existencia indecorosa

que siempre, libertina, me atribuyo.

 

Campando va a sus anchas lujuriosa

creada, irresponsable, por mi orgullo

y exhibe una conducta perniciosa

de todo lo indecente que hago suyo.

 

Infame se comporta su albedrío

y torna reprochables los excesos

que afloran por mi espíritu viciado.

 

Corrupto, su cariz, lo vuelvo mío

sin nada el importarme que, mis huesos,

escojan, inmorales, su reinado.