Cuando me siento perdido, veo la oscuridad.
Que de mansito me atrapa, y no me deja respirar.
Cuando me siento perdido, veo las puertas cerradas.
La soledad me invade, y la tristeza no se quiere ir.
Y Miro al cielo. Y “NO” veo las estrellas…
Triste y tirado al suelo, veo plumas deslumbrantes, que reflejan el sol del desierto.
Es un ángel que lucha por mí.
Escucho una voz, que me dice:
¡Hijo!
Quiero abrazarte y quiero ser tu Dios. Y yo…
¡LO ACEPTO!
Y Miro al cielo, y “YA” veo las estrellas.
¡Y de repente! Veo una ventana que se abre.
Una luz que me invade.
Un calor que me quema.
Una fuerza que me toma.
Y veo Que Jesús, murió por mí.
Y la alegría, que llena mi alma, el gozo permanece.
Y mi fe se fortalece, y yo veo...
Veo que Jesús, murió por mí.
Y Miro al cielo, y “YA” veo las estrellas.