A veces Lo intrascendente trasciende. (Alejandro Díaz)
La fiesta esta apenas comenzando, muchos niños corrían y se divertían alegremente, mientras otros se sentaban a observar los pormenores de la fiesta.
Saludos iban y saludos venían, unos con abrazos, otros con besos, y algunos con golpecitos en el hombro y hasta con guiñadas de ojos, pero siempre el saludo estaba presente; ya parecía, un invitado más de la fiesta.
- Hola, como estás?
- Muy bien, con mucha alegría, listo para compartir con los niños
- Y sigues siendo rígido?
- Si supieras que sí, ese es mi estilo muy dulce, pero duro… Y a los niños ya ni les molesta, tal vez se han acostumbrado y me aceptan de esa manera.
- Bueno yo también soy muy dulce, sólo que poco a poco, voy perdiendo mi dulzura; pero eso sí no soy rígido con ellos...Soy muy flexible, me adapto a sus caprichos. Tú sabes lo maleable que soy. Los niños también se han acostumbrado a mí.
- Si, pero a mi no me botan como a ti, pues siempre se quedan conmigo, salvo pequeñas excepciones, porque a veces debo admitir que también me echan.
- Bueno que podemos hacer, así son los niños.
- Hasta luego señor CHICHLE
- Adiós Señor CARAMELO.