Cae la noche, la tiniebla,
se despliega en la penumbra,
con el velo de la niebla,
con el manto de la bruma.
Sale el sol, surge la vida,
el candor de la lucerna,
un relámpago optimista,
la más bella transparencia.
Clandestina onda secreta,
escondida en la amargura,
lóbrega como la pena,
encerrada en la negrura.
Cegadora onda explosiva
resplandor de las estrellas,
el candil que en lo alto brilla,
como brilla la luciérnaga.
Crepúsculo que la ciega,
pesimismo que la oculta,
cortina sutil, etérea,
es la sombra más oscura.
Es una llama encendida,
el calor que da la hoguera,
en el amor, es la chispa,
la luz clara, la pureza.
Dicotomía perpetua,
y entre sombra y luz, la luna,
esa eterna traicionera
que se esconde en la disputa.