TRAGEDIA EN LAS RAMBLAS.
En memoria de aquella tarde,
del 17 de agosto de 2017,
en Las Ramblas de Barcelona.
El palacio de los vientos,
abrió sus puertas al alba,
mientras negros nubarrones,
anochecían Las Ramblas.
La tarde se tiñó de negro,
las palmeras se agitaban,
las cucardas con sus tallos,
por el viento se rasgaban.
Allá arriba, en la torre,
las cinco, las cinco daban.
Se asustaron las palomas,
por los buitres que acechaban.
El viento se enfureció.
El sol quemaba la tarde,
con su látigo de fuego,
que azuzaba con el aire.
¡Las cinco, las cinco! daban,
cuando la muerte avanzó,
segando con su guadaña,
enrojeciendo la tarde,
con un niño que llora,
con su madre allí tirada,
con sus ojos muy abiertos,
sin ver que su hijo le habla.
Seguían dando las cinco,
que las cinco no paraban.
La muerte seguía andando,
a ciegas con su guadaña.
Las Ramblas se han hecho mar,
con un cielo que desangra,
y va esparciendo los restos,
por la calle ensangrentada,
por un odio que es de muerte,
y con la muerte se ensaña.
¡El niño se durmió solo,
recostado en la cucarda,
su madre quedó a su lado,
por si acaso despertaba!
¡Y en la torre de la iglesia,
las cinco, las cinco daban.