LA PARTIDA
En el aire se quedaron los sonetos y canciones
Flotando en la tristeza de las bellas ilusiones
Rojo cadmio los claveles, se abrazaron a la tumba
Sufriendo por la partida del poeta granadino
¡Oh! fatal es el destino, celoso y traicionero,
Cuchillo en mano rasgó, su rastro hasta perderlo.
Mil razones, mil pasiones, atravesaron su camino
Sin distinguir que su alma ¡era fuego divino!
La noche quedó temblando, quebrada por la tragedia
Cuando furia de fusiles, atravesaron su carne
Se apagaron las estrellas y un negro velo cubrió
A su amada Granada, que sin consuelo quedó
Pecado entre pecados, el de los pobres sacrílegos,
Pisotearon los jazmines y destruyeron las rosas
Hasta el cielo ha cambiado su azulado color
Y de tarde enrojece, loco de tanto dolor