teresa ternavasio

LA PARTIDA

 LA PARTIDA

En el aire se quedaron los sonetos y canciones

Flotando en la tristeza de las bellas ilusiones

Rojo cadmio los claveles,  se abrazaron a la tumba

Sufriendo por la partida del poeta granadino

 

¡Oh! fatal es el destino, celoso y traicionero,

Cuchillo en mano rasgó, su rastro hasta perderlo.

Mil razones, mil pasiones, atravesaron su camino

Sin distinguir que su alma   ¡era fuego divino!

 

La noche quedó temblando, quebrada por la tragedia

Cuando furia de fusiles, atravesaron su carne

Se apagaron las estrellas y un negro velo cubrió

A su amada Granada, que sin consuelo quedó

 

Pecado entre pecados, el de los pobres sacrílegos,

Pisotearon los jazmines y destruyeron las rosas

Hasta el cielo ha cambiado su azulado color

Y de tarde enrojece, loco  de tanto dolor