Ay vida mia
ay vida mía
que si tu no estás,
desaparezco, me oculto tras los lamentos.
Ay mi vida,
ay vida mia,
mira esta boca amarga que te sonríe, fíjate en este nuevo corazón que te grita, que arde de emoción, que poco te oigo,
que poco te veo, casi ciego.
Ay vida mia, mi vida
que si tu no estás,
yo no estoy, desaparezco, no me encuentro.
Es cierto que en el camino estamos juntos y por ello te quiero, esos ojos sin lágrimas, ese sueño que abrazas cuando acaricio tu cabello.
Ay vida mia, mi vida, que el desfile de penas que esconde tu cabeza no lo para ni mis suaves manos de hierba.
Ay vida mia, no te vayas, puedes morder mi boca agrietada y escupir tus furias mundanas o dejar caer tus besos sobre mis manos ancianas.
Pero entre la gente, la niebla, la comida, las bebidas, la conversación interrumpida, ahí están tus ojos de enamorada, tu sabiduría milenaria,
y adivinas mis penas, acariciando mi espalda, busco la calma, descubriendo que
siempre has estado en mi costado.
Tu y yo hemos corrido juntos el mismo camino con las bocas juntas de miel y saliva,
y hemos renovado de nuevo lo que nos queremos. Nos hemos desnudado para envejecer uno dentro del otro.