Cuéntame y dime
si has visto alguna estrella
en el paseo.
Y si con ella
estaban mariposas
de mil colores.
¡Qué bella imagen
podría dibujarse
cuando durmieran!
Si no las viste,
quizás fuera la luna
tu compañera.
La que alegrara
tus ojos y sonrisa
con su presencia.
Y es que la luna
nos habla sin palabras
y nos escucha.
Cuéntame, entonces,
del rato y del paseo
para soñar.
Te escucharán
mis ojos, soñolientos
y te amarán.
Para dormir
muy cerca de la luna
y las estrellas.
Rafael Sánchez Ortega ©
29/04/20