-Explicarte filosóficamente-, no representa dificultad alguna
Por ejemplo, al mostrarte inflexible para ciertas cosas
Te muestra de una forma parmenidea, donde
Lo que \"es\", es, mientras el no ser, \"no es\".
A veces eres heracliteana, fluyes en el devenir de tus ojos
Y en el florecer de tu fresca sonrisa que expresa
El latir de tu alma, reflejando el rostro del momento
\"E irrepetible de por sí\".
Tu condición desmitificadora te relaciona con Sócrates
Y su incursión hacia la verdad,- no dando por sentada verdad alguna-
Sino aquella a la que puedas llegar por ti misma
Y dicte tu razón-corazón.
Eres agnóstica por lo que tratas de experimentar \"la verdad trascendente del amor\"
Dejando de lado -toda elucidación ajena- y que no sea la que puedas conocer
Vos misma.
Juegas a la evidencia cartesiana a explicarte racionalmente
Tus desventuras mundanas y atrapada en tales planteos
O nietzscheana del eterno retorno, vivir por la voluntad de poder
Y superar el \"humano demasiado humano\".
Pero -la idea- que tienes sobre ti, te acerca a Hegel más que a otro pensador
Lo que eres en idea buscando su propia perfección de todo atisbo empírico
En la condición ideal de amar y ser amada.
Y sin embargo, en el trajín de tus días -te muestras existencial-
Sartreana en todo caso, cuando algún hombre como yo
Se te revela \"inútil pasión\".
Aunque, pensándolo mejor, sea -la poesía- quien mejor te explique
Y aquí, ya no existirán otros poetas como otros filósofos
Porque el verso que eres
Es sólo legible para mis ojos.