Ben-.

¡Qué leche!-.

Nadie quiere morirse, no;

por más que lo aseguren

las aseguradoras y fallen

los discos de freno de los coches.

Por más que lo digan

cuatro bandarras con el pelo

hasta los suelos, y se cuelguen

de la parra, los cantautores de medio

sueldo.

Ni de amor ni de desesperanza, quiere

la gente morirse, vea usted.

Ni de gloria, ni de un pinchazo

en el pie de la gota.

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