Te fui siguiendo a tu alcoba lentamente,
mis manos acariciaban un suspiro en su vuelo,
te dejaste caer, sobre la aurora de unas sábanas,
y tu cuerpo ardiente, tiro tu vestuario al suelo.
Mis manos sobre tu espalda, acariciaban tu encanto,
mas tu quejido rompía, el silencio de la tarde,
más yo iba respetando mi camino casi lento,
y yo sentí en mi pecho, como tu cuerpo arde.
Tu dijiste continuemos, antes que se acabe el día,
pues pronto voy a partir y quítame todas mis ansias,
mis manos te oprimían y sentí llegar tu alegría,
pues bañaba todo mi cuerpo y a tirones me tenías.
Quise por un momento escaparme de tu pasión,
pues me lleno tu encanto y tu fantasía loca,
tus quejidos envolvieron todo mi corazón,
y te sentí tan dura, que te parecías a una roca.
Me extendiste tus anhelos junto a tus cálidos brazos,
yo te siento tu movimiento burbujeante en un giro,
las sábanas están calladas, tiradas hechas pedazos,
y un suspiro me ha llegado, diciéndome – te quiero -
Acabemos de una vez, el día ya va a llegar,
nuestra pasión se ira unida, junto a nuestra emoción,
tengo pena que te vayas y solo me vuelva a quedar,
pero esta noche amor, quedará en mi corazón.