Mi presencia.
Sé que adivinas mi presencia
porque has dejado las piñas
como centinelas de mis pasos
y aromado de flores tu estancia.
Sé que adivinas mi presencia
porque el frío de las nieves
refleja la pureza de tu alma
y de ella, la eternidad de su tibieza.
Sé que adivinas mi presencia
porque estas sonriendo en silencio
ante el paisaje abismal y solitario
con la inocencia de un niño.