Joel Torres

CRISTALES ROTOS

El niño de años desgraciados,

de recuerdos perturbantes,

de grotescos momentos salvajes,

de figuras monstruosamente grabadas.

 

El niño inocente y a la vez culpable,

asesino brutal y homicida;

alma de caricias y gestos de malicias,

cual vida condenada y huida.

 

El niño de pocos suspiros,

con la mitad del alma ultrajada

y lo que quedó del saqueo podrida;

el gesto sensible, el corazón de hierro.

 

El niño ahora hombre y a la vez niño,

fermenta los destellos de su muerte

y aún angelical y queriendo amar,

devoraron su cuerpo, le rompieron el alma.

 

Se siente frágil pero no quiso serlo;

aún puro y queriendo amar

y queriendo descubrirse sin malicias,

devoraron su cuerpo, le rompieron el alma.

 

© El Yarawix